¿Qué es la ambliopía “ojo vago”?

Cuando uno o los dos ojos, no llegan a la agudeza visual normal para su edad, aun siendo compensados con sus gafas y sin padecer una patología, podemos hablar de ambliopía funcional.

Hubel y Wiesel obtuvieron el Premio Novel en 1.981 al descubrir que de manera monocular (con un ojo), solo se estimula un 10% del córtex visual, pero con los dos se estimula un 80%.

Un ambliope tiene disminuidas la mayoría de las habilidades visuales. Es importante tomar consciencia del problema de la ambliopía pues repercute en la visión periférica, imprescindible en la conducción (multiplicando la posibilidad de accidentes) y en la visión en profundidad, necesaria para situar unos objetos o referencias respecto a otros, lo que nos permite calcular las distancias (por ejemplo, coches en el caso de un conductor, o vasos sanguíneos como las arterias, en el caso de un cirujano).

También genera dificultad para la práctica deportiva (sobre todo en deportes de pelota como el fútbol). Tampoco podrán ver la televisión en ni las pantallas digitales 3D.
Cuando realizamos las revisiones en infantil (3 a 5 años) en los más de 10 colegios con los que trabajamos, nos encontramos un porcentaje mayor al 90% de las ambliopías totales sin diagnosticar.

Con una buena prevención prácticamente el 100% de las ambliopías serían tratadas con éxito. ¿Y si les pasara algo en el ojo bueno? Un glaucoma, una degeneración macular, un traumatismo ocular,… ¿nos podemos poner en su lugar? Yo sí, porque a mí me pasó.

La detección de la ambliopía es muy importante

Detectar una ambliopía es más complicado de lo que parece, pues en las ambliopías monoculares (que afectan a un solo ojo), el cerebro anula la imagen borrosa, y se queda con la imagen nítida del ojo bueno. Muchos padres, se sorprenden cuando diagnosticamos una ambliopía en sus hijos, y nos dicen: “Pero si ve una miga de pan a tres metros”…a lo que contestamos: “si le tapamos el ojo bueno, la miga dejará de existir para su hijo”.

Lo importante en estos casos es la detección temprana, por lo que nunca debemos saltarnos ninguna de las revisiones fundamentales para el buen desarrollo de su visión: en el nacimiento, al año, a los tres y a los cinco años.

¿Será su hijo uno de los 247.255 ambliopes (según datos estimados), menores de 12 años que hay en España?

Llamar para pedir cita es un esfuerzo ínfimo. Realizar una detección tardía, puede ser una elección, de la que nos podamos arrepentir toda nuestra vida.

¿Qué sabemos sobre el tratamiento con parches?

El parche se empezó a usar hace unos 300 años y por los estudios más recientes también conocemos que es válido en un 33% de los casos, en 1 de cada 3.

También sabemos que es perjudicial en algunos casos en pacientes donde afecte a la binocularidad y/o a la lateralidad. Por estos motivos debemos realizar un estudio en profundidad, pues tras este estudio y la experiencia clínica sabremos si su hijo pertenece a ese 33% o necesita otro tratamiento para recuperar la visión.

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